lunes, septiembre 25, 2006

Praxis

- "Los comportamientos positivos acaban generando sentimientos positivos; los sociólogos se refieren a esto como praxis. Generalmente se piensa que son nuestros sentimientos y nuestras ideas los que determinan nuestro comportamiento y, por supuesto, sabemos que así es. Nuestras ideas, sentimientos, creencias -nuestros paradigmas- tienen ciertamente mucha influencia sobre nuestros comportamientos. Pero la praxis nos enseña que lo contrario también es cierto.

- No estoy seguro de entenderte, Simeón.

- Nuestro comportamiento también tiene una influencia sobre nuestras ideas y nuestros sentimientos. Cuando, como seres humanos, nos comprometemos a dedicar nuestra atención, nuestro tiempo, nuestro esfuerzo y demás recursos a alguien o a algo, con el tiempo vamos desarrollando sentimientos hacia el objeto de nuestra atención. Los psicólogos dicen que catectizamos el objeto de nuestra atención, en otras palabras, nos apegamos a él, nos quedamos «enganchados». La praxis explica por qué los niños adoptivos son tan queridos como los naturales, y por qué nos enganchamos tanto a nuestros animales de compañía, al tabaco, a las labores de jardinería, a la bebida, a los coches, al golf, a la filatelia y a todas las demás cosas que nos llenan la vida. Nos apegamos a todo aquello a lo que prestamos atención, a lo que dedicamos tiempo, a lo que servimos.

- La praxis funciona también a la inversa, John. En época de guerra, por ejemplo, se intenta deshumanizar al enemigo. Se les llama «Krauts», «Gooks», «Charlie», porque resulta más fácil justificar el hecho de matarlos si antes se los deshumaniza. La praxis nos enseña también que si alguien no nos gusta, y además le tratamos mal, acabaremos odiándole cada vez más.

- Hubo un tipo llamado Jerome Brunner, un eminente psicólogo de Harvard, que dijo que es más fácil traducir nuestras acciones en sentimientos que traducir nuestros sentimientos en acciones."

James C. Hunter, "La Paradoja (Un relato sobre la verdadera esencia del liderazgo)", 1999.

viernes, septiembre 22, 2006

En la panadería

Verano.
Bajé a comprar pan a la panadería de enfrente de casa. El pan se estaba acabando de cocer y me quedé esperando en la puerta. Y escuché la siguiente conversación:

D - "¡Te voy a dar una hostia que te voy a arrancar la cabeza!" (casi gritando)

Me giré hacia las mesas de la terraza (es una panadería-cafetería) y vi a la mujer que gritaba la frase, mirando a su hijo amenazadoramente. El niño no debía de tener más de tres años y otros tres palmos de altura. La madre le había dicho eso porque "casi" (sólo casi) tira de una de las mesas una botella de cacaolat vacía al suelo.
Me vino enseguida a la mente la imagen de la mujer dándole el tortazo y la cabeza del niño cayendo y rebotando en el suelo...

Pensé en esa mujer (de no más de 35 años de edad) y en todo el Amor que nunca debía haber recibido. Sólo así entiendo que una Madre diga algo así a su Hijo.

lunes, septiembre 18, 2006

Odio tecnológico

D - Odio a la gente que hace doble click en los enlaces.

martes, septiembre 12, 2006

Ivo Markovic

- "¿Sabe señor Faulques?... Cuando después del campo de prisioneros fui al hospital de Zagreb , lo primero que hice al salir fue sentarme en un café de la plaza Jelacic. A mirar a la gente, a escuchar sus palabras. Y no daba crédito a lo que oía: la conversación, las preocupaciones, las prioridades... Oyéndolos, me preguntaba: ¿Es que no se dan cuenta? ¿Qué importa el abollado del coche, la carrera en la media, la letra del televisor?... ¿Comprende a qué me refiero?
- Perfectamente.
- Eso me pasa todavía... ¿A usted no?... Entro en un tren, en un bar, camino por la calle y los veo alrededor. ¿De dónde salen?, me pregunto. ¿Soy yo un extraterrestre?... ¿De verdad no se dan cuenta de que el suyo no es un estado normal?
- No. No se dan cuenta."

Arturo Pérez-Reverte, "El pintor de batallas" (pág. 159).
Ed. Alfaguara. 2ª Edición, marzo 2006.

viernes, septiembre 08, 2006

Palabra de Vicente

31.08.2006
Nos despedimos uno a uno de Vicente Ferrer y comenzamos el viaje de retorno desde India.
Vicente me abraza fuerte, me mira a los ojos mientras sostiene mis manos y me dice:

- "¡¡Triunfarás en todo!! ¡¡Triunfarás en todo!!"


No puedo reprimir las lágrimas, que se derraman desbocadas.
Grabo a fuego sus palabras en mi memoria.
Me siento insignificante ante su grandeza, su modestia y su generosidad. Sus palabras significan algo muy profundo... ¿un augurio, una certeza...?


Míriam y Vicente Ferrer en Anantapur (29.08.2006)

Las lágrimas de Cote

27.08.2006.
De camino desde Bangalore hacia Anantapur.
Hablábamos en el autocar de la impresionante figura de Vicente Ferrer, que íbamos a conocer pocas horas después cuando nos recibiera en la puerta de la Fundación a pie de autocar.

A1 - "Bufff... el día que muera Vicente Ferrer, me voy a pegar un panzón de llorar..."
A2 - "¡¡¡¡¿Cómo no voy a llorar cuando muera Vicente Ferrer, si me harté de llorar cuando me enteré por TV de la muerte de Freddy Mercury...?!!!!"